Un desarrollo inmobiliario en el corazón de la montaña mendocina
Sergio Arilla es un desarrollador inmobiliario que está al frente de un proyecto muy ambicioso en plena montaña mendocina. El emprendedor habló con Área Tres sobre Estancia San Ignacio que es un conjunto de desarrollos inmobiliarios, con una vista privilegiada al Cordón del Plata.
Progresa la construcción de un desarrollo con una laguna natural y un arroyo
Está situado sobre la costa norte del Lago de Potrerillos, es uno de los patrimonios más importantes de la provincia de Mendoza. Rodeado por un entorno inigualable, el emprendimiento cuenta con un reglamento de construcción y uso para cada sector en particular, priorizando la naturaleza del lugar.
"Después de haberle adquirido un lote a Don Fito Scaiola, uno de los dueños originales del lugar, le di mi palabra que edificaría solo una casa y así fue. De esa forma entablamos una gran amistad. Compartíamos una misma pasión por el campo, también coincidimos en la visión a futuro de la zona, grandes áreas reglamentadas con pocas construcciones, preservando la esencia del lugar", resaltó el entrevistado.
El desarrollador impulsa con esta iniciativa poder volver a la ruralidad, como vivían nuestros abuelos, pero con las comodidades que hoy nos brinda la tecnología. "El uso de energías renovables como paneles solares para generar electricidad, colectores térmicos, para calefacción o agua caliente, calderas a pellets, bombas de calor geotérmicas, son una gran ventaja no solo en lo referente a sustentabilidad , sino por el ahorro que generan y la autonomía de los mismos", indicó.
Comienzos de la propuesta
Arilla destacó que Inicialmente comenzó con la construcción de su casa con el proyecto del estudio Mora-Hughes con estos conceptos como base. Las charlas con ellos lo motivaron para avanzar.
"Tiempo después comenzaría con el primer desarrollo para Leonardo y Domingo Scaiola, también propietarios de una parte del campo y con la misma línea de pensamiento que su padre. El mismo se ubica en la margen norte del lago Potrerillos, lugar denominado Estancia San Ignacio, distrito Sierras de Encalada, departamento La Heras. El desafío era intervenir un área rural y convertirla en un lugar habitable, sin impactar negativamente en el ambiente", determinó.
Informó que Estancia San Ignacio surgió como proyecto para agrupar a los diferentes propietarios en sectores o barrios, rescatando y poniendo en valor su pasado reciente como rancho ganadero.
"Actualmente, hemos terminado Bahía Escondida, un barrio cerrado de 44 lotes con hermosas vistas y acceso al lago. La propuesta fue muy bien recibida. La gente está buscando un cambio real y es lo que nosotros ofrecemos", opinó.
Los propietarios pueden utilizarlo como lugar para su vivienda permanente o para fines de semana extendidos, modalidad que cobró mucha más fuerza después de la pandemia.
Son lotes para vivienda única, de uso particular de 2000m2 , con código de construcción y usos en la misma escritura traslativa de dominio, para asegurar el cumplimiento a futuros propietarios, el mismo cuenta con caminos de acceso y agua de vertientes propias por cañerías hasta cada parcela. Se prioriza la conservación de la flora autóctona y la forestación con plantas xerófilas.
El barrio es administrado por sus adquirentes bajo el formato de consorcio, el mismo hace cumplir las reglamentaciones antes mencionadas.
Demanda creciente
El desarrollador indicó que el mercado hoy en día está demandando naturaleza, aire libre, sencillez, ocio, tranquilidad. La gente busca un estilo de vida diferente al que llevaba. El trabajo virtual ya es una realidad y eso nos permite ciertas libertades que antes no teníamos. Creo que esta tendencia va a continuar y se va a incrementar.
"Actualmente vivo en Estancia San Ignacio, y atiendo personalmente muchas de las consultas, además de realizar las visitas programadas. Trabajo con el mismo equipo de colaboradores para brindar asesoramiento a dueños de campos interesados en generar un emprendimiento inmobiliario de este estilo. También invitamos a nuevos inversores que quieran sumarse a desarrollos futuros o que deseen adquirir una fracción más grande y hacer su propio proyecto, pero siempre con la misma premisa", contó.
Conociendo los proyectos
Si hablamos de Estancia San Ignacio, los lotes van desde los 2.000 metros cuadrados (loteo mínimo rural para escrituración), hasta parcelas de 50 hectáreas. La fuente consultada enfatizó que promueven el uso de viviendas sustentables, el servicio de agua es a través de vertientes propias, la provisión de energía eléctrica es por paneles solares y dependiendo de las necesidades de los propietarios de cada unidad habitacional.
Es importante destacar que el desarrollo cuenta con un reglamento de construcción y usos permitidos acorde a la filosofía del emprendimiento que se adjunta al título de la propiedad.
Respetando la filosofía de San Ignacio, el desarrollo de Bahía Escondida es un fraccionamiento cerrado de 44 lotes con increíbles vistas al lado de Potrerillos.
Las fracciones son exclusivamente para uso de viviendas unifamiliares. Los caminos de acceso y las áreas comunes fueron pensadas para amalgamar con el paisaje, evitando impactos en el mismo.
Historia Estancia San Ignacio
Estancia San Ignacio fue un rancho ganadero dedicado a la actividad agropecuaria desde el siglo 18 hasta aproximadamente fines del siglo 20, siendo la familia Scaiola su último propietario con estos fines.
Hacia 1765, se conocía esta vasta región como Estancias del Plata, la cual estaba conformada por las Estancias San Ignacio, de la familia Zapata Mercader, El Salto de la familia Fourcade, Del Plata de la familia Gaetano Larroca y Las Aguaditas de parientes de los Zapata Mercader.
A comienzos de 1795, un piquete de soldados realistas al mando del capitán Bernardo De Quirós se extravió en la zona del Cordón del Plata. El capitán junto con sus 50 hombres comenzó a buscar el curso de un río y encontró el río Blanco. Caminaron por la vera del mismo hasta llegar a su desembocadura en el río Mendoza e hicieron campamento en la confluencia de los ríos Blanco y Mendoza.
Ellos traían un arreo de ganado mayor y menor de mulares, vacunos y ovinos que dejaron pastando en pequeños potreros que se encontraban en el lugar. Es así como luego, este capitán levantó ahí un pequeño fortín para defenderse de las fuerzas realistas llamándolo al mismo Potrerillos.
Con la llegada del ferrocarril allá por el 1852 se erigió una estación que originalmente se dio por llamar Apeadero Concha Subercaseaux de San Ignacio. Como consecuencia, se construyeron casas para los operarios encargados del mantenimiento de la vía férrea y de la estación. Nace así el nuevo pueblo llamado Potrerillos cuyo nombre fue tomado del antiguo fortín del lugar.
Durante todo ese tiempo y hasta el presente, Estancia San Ignacio se ha mantenido ajena a los permanentes cambios en la zona, conservando inalterada toda su riqueza natural.
Fue a partir de los años 90' que se realizó una división de tierras entre los herederos de la familia Scaiola dejando los lineamientos de la conservación natural del lugar como prioridad. Se tomó ese principio como parámetro inclaudicable para todo nuevo desarrollo, planificación y uso de los recursos del lugar.
¿Cuál es la emergencia en Potrerillos?
La construcción del embalse Potrerillos a comienzos del 2000, aportó a la zona un atractivo más a los que ya tenía, convirtiendo a la región en un lugar único con un paisaje inigualable.