Antonio Pulenta y su proyecto más ambicioso
Por Federico Manrique
Antonio Pulenta es un desarrollador con larga experiencia en el sector inmobiliario de Mendoza. Su perfil bajo y su hablar pausado casi contrasta con su ferviente pasión por la construcción y por el legado que obras significativas pueden dejar allí donde se erigen.
Y así, por lo bajo pero con un avance decidido, casi arrollador, Pulenta presenta su obra más ambiciosa: Aguaribay Sierras y Lagunas, un proyecto inmobiliario emplazado en 150 hectáreas en pleno piedemonte mendocino por Ruta Panamericana justo a la altura de Chacras de Coria, frente a barrios como el Laderas de Chacras y justo al lado del Colegio San Jorge. El proyecto contempla la construcción de distintas unidades / barrios que operan como islas para la construcción de viviendas unifamiliares y otras para condominios.
El proyecto ubicado en una de los zonas más cotizadas del piedemonte lujanino se completa con un portal de ingreso y un club house especialmente diseñado por el estudio de arquitectos Bórmida & Yanzón, una zona con locales comerciales al estilo “strip center”, un área deportiva para la práctica de distintos deportes y una zona de reserva natural.
El primer paso del proyecto contempla la construcción de toda la infraestructura de caminos internos, urbanización, construcción de los cierres perimetrales, las barreras aluvionales con lagunas para recolección de agua de lluvia para riego y los servicios de agua potable, saneamiento, gas y el tendido eléctrico. Junto con todo esto, ya arrancó la obra de construcción del portal de ingreso al barrio junto con los caminos de ingreso y egreso del complejo y su conexión con Ruta Panamericana.
Giro del negocio
Aguaribay Sierras y Lagunas es un proyecto sobre el que la familia Pulenta viene trabajando hace bastante tiempo. Una primera parte del terreno fue adquirida por Antonio Pulenta en 2003 y el resto fue comprado en 2006. Al principio la idea era armar junto a socios inversionistas un proyecto de barrio privado con cancha de golf y un complejo deportivo con canchas de rugby, tenis y hasta un club hípico. Pero pasó el tiempo, hubo socios que abandonaron el proyecto a partir de las vicisitudes de la economía argentina, y Antonio Pulenta decidió cortar por lo sano, arrancar de cero con una nueva idea y un replanteo integral de su proyecto inmobiliario.
Sabía que tenía algo grande entre las manos. Tomó los planos del terreno y se fue a Chile a buscar asesoramiento y el desarrollo de un nuevo “master plan”. Del otro lado de la cordillera, contrató al prestigioso estudio y consultora URBE, empresa especializada en diseño y planificación urbana con grandes proyectos en su haber. Ellos le dieron vuelta a la idea y la estructuraron en un gran complejo dividido en distintos barrios, a modo de islas, para la construcción de viviendas, en algunos casos, zona de condominios para la construcción de departamentos de 1, 2 y 3 dormitorios, en otros, y espacios comunes como son el “club house”, el área comercial, la zona de recreación y deportes y la reserva natural. El formato de islas dentro de un mismo barrio les aporta más seguridad y tranquilidad a sus habitantes al limitar la circulación dentro del mismo complejo.
Con el proyecto bajo el brazo diseñado por URBE, Antonio Pulenta volvió a Mendoza y le puso primera a su proyecto más ambicioso.
Primera etapa
El primer paso para Aguaribay Sierras y Lagunas, además de la infraestructura básica, los servicios y la urbanización, fue la construcción y venta del primero y más grande de los barrios que incluye el proyecto. Valles de Aguaribay es la primera unidad, se extiende a lo largo de 75 hectáreas y contempla la urbanización de 176 lotes, que van de los 500 a los 650 m2 promedio de extensión. Esta unidad salió a preventa y ya se vendieron más del 90% de los lotes sólo con el “boca en boca”, admite Antonio Pulenta, antes de señalar que una vez que termine la urbanización del primer barrio, analizarán por cuál etapa continuar.
En todo este tiempo, Pulenta Desarrollos Inmobiliarios trabajó en toda la infraestructura del barrio y en las características que, definen, lo “harán distinto” del resto. El primero punto de la urbanización es que tiene calles asfaltadas de 9 metros de ancho con veredas de 3 metros. Tiene todo el cableado subterráneo para liberar las vistas a la montaña, tendrá su propia planta potabilizadora de agua proveniente de perforación y otra de tratamiento de efluentes por galerías de infiltración; tendrá gas natural con distribución de la empresa Ecogas y electricidad de Edemsa. Todo el diseño de las barreras de contención y canales aluvionales se hizo con la aprobación y fiscalización de la Dirección de Hidráulica de la provincia, al tiempo que las lagunas que ya están construidas sirven para acumular agua de lluvia y de vertientes naturales que hay en el lugar para luego ser utilizada para riego de los espacios comunes. Todo el proyecto será forestado con variedades xerófilas autóctonas, que requieren poco riego.
“Lo más lindo y distinto de un barrio privado es la urbanización y el código de convivencia”, admite Antonio Pulenta.
Sobre invertir y desarrollar en el piedemonte, Pulenta tiene una opinión más que formada: “El piedemonte hay que tocarlo cuidadosamente. Hacer todos los estudios correspondientes y cumplir con las leyes y regulaciones vigentes”. En ese sentido, el desarrollador mendocino advierte que un barrio común ocupa en promedio el 70% del terreno adquirido. En el caso de Aguaribay Sierras y Lagunas sólo se urbanizará el 50%, el resto quedará con la vegetación autóctona del lugar.
A futuro, el proyecto se completará con el desarrollo de más barrios. Aunque aún no se decidió por cuál unidad se seguirá, el master plan contempla, además de Valles de Aguaribay, Sierras de Aguaribay, Lagunas de Aguaribay y Terrazas de Aguaribay. Fuera de estos barrios, también se construirá un área comercial, una zona para actividades deportivas bajo el formato de club y al fondo, justo por donde cruza una vertiente natural de agua, estará la Reserva Aguaribay.
Antonio Pulenta es un desarrollador con larga experiencia en el sector inmobiliario de Mendoza. Su perfil bajo y su hablar pausado casi contrasta con su ferviente pasión por la construcción y por el legado que obras significativas pueden dejar allí donde se erigen.
Y así, por lo bajo pero con un avance decidido, casi arrollador, Pulenta presenta su obra más ambiciosa: Aguaribay Sierras y Lagunas, un proyecto inmobiliario emplazado en 150 hectáreas en pleno piedemonte mendocino por Ruta Panamericana justo a la altura de Chacras de Coria, frente a barrios como el Laderas de Chacras y justo al lado del Colegio San Jorge. El proyecto contempla la construcción de distintas unidades / barrios que operan como islas para la construcción de viviendas unifamiliares y otras para condominios.
El proyecto ubicado en una de los zonas más cotizadas del piedemonte lujanino se completa con un portal de ingreso y un club house especialmente diseñado por el estudio de arquitectos Bórmida & Yanzón, una zona con locales comerciales al estilo “strip center”, un área deportiva para la práctica de distintos deportes y una zona de reserva natural.
El primer paso del proyecto contempla la construcción de toda la infraestructura de caminos internos, urbanización, construcción de los cierres perimetrales, las barreras aluvionales con lagunas para recolección de agua de lluvia para riego y los servicios de agua potable, saneamiento, gas y el tendido eléctrico. Junto con todo esto, ya arrancó la obra de construcción del portal de ingreso al barrio junto con los caminos de ingreso y egreso del complejo y su conexión con Ruta Panamericana.
Giro del negocio
Aguaribay Sierras y Lagunas es un proyecto sobre el que la familia Pulenta viene trabajando hace bastante tiempo. Una primera parte del terreno fue adquirida por Antonio Pulenta en 2003 y el resto fue comprado en 2006. Al principio la idea era armar junto a socios inversionistas un proyecto de barrio privado con cancha de golf y un complejo deportivo con canchas de rugby, tenis y hasta un club hípico. Pero pasó el tiempo, hubo socios que abandonaron el proyecto a partir de las vicisitudes de la economía argentina, y Antonio Pulenta decidió cortar por lo sano, arrancar de cero con una nueva idea y un replanteo integral de su proyecto inmobiliario.
Sabía que tenía algo grande entre las manos. Tomó los planos del terreno y se fue a Chile a buscar asesoramiento y el desarrollo de un nuevo “master plan”. Del otro lado de la cordillera, contrató al prestigioso estudio y consultora URBE, empresa especializada en diseño y planificación urbana con grandes proyectos en su haber. Ellos le dieron vuelta a la idea y la estructuraron en un gran complejo dividido en distintos barrios, a modo de islas, para la construcción de viviendas, en algunos casos, zona de condominios para la construcción de departamentos de 1, 2 y 3 dormitorios, en otros, y espacios comunes como son el “club house”, el área comercial, la zona de recreación y deportes y la reserva natural. El formato de islas dentro de un mismo barrio les aporta más seguridad y tranquilidad a sus habitantes al limitar la circulación dentro del mismo complejo.
Con el proyecto bajo el brazo diseñado por URBE, Antonio Pulenta volvió a Mendoza y le puso primera a su proyecto más ambicioso.
Primera etapa
El primer paso para Aguaribay Sierras y Lagunas, además de la infraestructura básica, los servicios y la urbanización, fue la construcción y venta del primero y más grande de los barrios que incluye el proyecto. Valles de Aguaribay es la primera unidad, se extiende a lo largo de 75 hectáreas y contempla la urbanización de 176 lotes, que van de los 500 a los 650 m2 promedio de extensión. Esta unidad salió a preventa y ya se vendieron más del 90% de los lotes sólo con el “boca en boca”, admite Antonio Pulenta, antes de señalar que una vez que termine la urbanización del primer barrio, analizarán por cuál etapa continuar.
En todo este tiempo, Pulenta Desarrollos Inmobiliarios trabajó en toda la infraestructura del barrio y en las características que, definen, lo “harán distinto” del resto. El primero punto de la urbanización es que tiene calles asfaltadas de 9 metros de ancho con veredas de 3 metros. Tiene todo el cableado subterráneo para liberar las vistas a la montaña, tendrá su propia planta potabilizadora de agua proveniente de perforación y otra de tratamiento de efluentes por galerías de infiltración; tendrá gas natural con distribución de la empresa Ecogas y electricidad de Edemsa. Todo el diseño de las barreras de contención y canales aluvionales se hizo con la aprobación y fiscalización de la Dirección de Hidráulica de la provincia, al tiempo que las lagunas que ya están construidas sirven para acumular agua de lluvia y de vertientes naturales que hay en el lugar para luego ser utilizada para riego de los espacios comunes. Todo el proyecto será forestado con variedades xerófilas autóctonas, que requieren poco riego.
“Lo más lindo y distinto de un barrio privado es la urbanización y el código de convivencia”, admite Antonio Pulenta.
Sobre invertir y desarrollar en el piedemonte, Pulenta tiene una opinión más que formada: “El piedemonte hay que tocarlo cuidadosamente. Hacer todos los estudios correspondientes y cumplir con las leyes y regulaciones vigentes”. En ese sentido, el desarrollador mendocino advierte que un barrio común ocupa en promedio el 70% del terreno adquirido. En el caso de Aguaribay Sierras y Lagunas sólo se urbanizará el 50%, el resto quedará con la vegetación autóctona del lugar.
A futuro, el proyecto se completará con el desarrollo de más barrios. Aunque aún no se decidió por cuál unidad se seguirá, el master plan contempla, además de Valles de Aguaribay, Sierras de Aguaribay, Lagunas de Aguaribay y Terrazas de Aguaribay. Fuera de estos barrios, también se construirá un área comercial, una zona para actividades deportivas bajo el formato de club y al fondo, justo por donde cruza una vertiente natural de agua, estará la Reserva Aguaribay.
Lo más visto