Ingeniería genética, materiales regenerativos y paredes que se reparan solas
Hablar de materiales autoregenerativos que tienen la capacidad de, por ejemplo, reconstruir la fisura en una pared sin la intervención humana, puede sonar a una historia de ciencia ficción. Pero lo cierto es que el futuro siempre parece estar más cerca de lo que pensamos.
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Un ejemplo de esta tendencia es el trabajo de un equipo de investigadores del MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts) ha recurrido a un tipo de bacterias para crear un innovador biomaterial. Se trata de una nueva muestra de ELM (engineered living material o material vivo fabricado) que se suma a otros nuevos materiales de construcción ecológicos como el Micelio de hongos, Cob (mezcla de fibras vegetales y arcilla), Madera transparente, Hidrogeles aislantes, Poliuretano vegetal, Paneles con fibras de girasol, Bioplásticos y Biohormigón, entre otros.
En este caso se trata de las nuevas modalidades de hormigón, ya sea con capacidad para secuestrar carbono o con elementos biológicos como la remolacha y las zanahorias o poblaciones bacterianas.
La clave para el nuevo material de construcción reside en una bacteria benigna que responde al nombre de Bacillus subtilis. Se trata de un microorganismo muy común que suele encontrarse en el subsuelo. Una de sus características es que se reproduce por endosporas que se mantienen inactivas en periodos de sequía. Y esa es la cualidad que han aprovechado los investigadores de la Universidad de Minnesota.
Recurriendo a técnicas de ingeniería genética, el equipo de científicos ha configurado estas bacterias para que formen materiales regenerativos. Concretamente, las emparejaron con sílice en un proceso conocido como biomineralización para crear un material semitranslúcido. Posteriormente, fracturaron el material y añadieron nutrientes para activar las endosporas. El resultado fue la reparación de la estructura.
El objetivo a medio plazo es investigar distintos tipos de bacterias para crear revestimientos y escayolas con capacidades autorregenerativas. Estos materiales de construcción ecológicos ofrecerán una mayor durabilidad y una menor huella de carbono. Y no solo en el terreno de la construcción, sino que también podrían tener aplicaciones biomédicas.