Holcim innova para producir reciclando neumáticos a través del coprocesamiento

De neumáticos en desuso, la cementera de Las Heras obtienen 4% de energía y mineral para producir cemento con un 5% de ahorro. Invirtió U$S1,3 millón para tratar 600 toneladas/mes de cubiertas de automotores.


Por Miguel Ángel Flores


Siempre se trata de optimizar costos y si se puede ser amigable con el ambiente mucho mejor. Así encara su proceso la fábrica de cemento Holcim, la multinacional que desde hace años opera la ex Minetti en Capdeville (Las Heras) donde acaba de estrenar el coprocesamiento, una nueva forma de producir a partir del reciclaje de cubiertas de autos en desuso que ya representa el 4% de la fuente total de energía que consumen los hornos locales.


En eso se concentra Geocycle, la más joven unidad de negocios del grupo Lafarge-Holcim en el mundo, del que Mendoza es parte.


¿Qué es coprocesar? Básicamente, aprovechar al máximo cada cubierta de las cientas que pueden ingresar en un camión a la planta de Villavicencio: el caucho tiene alto poder calórico a costo inferior al de los combustibles tradicionales como fueloil y carbón de coque; y también aportan acero, del que se obtiene mineral de hierro, materia prima para producir cemento.


El doble beneficio vale mucho. Como objetivo, Geocycle se fijó alcanzar una tasa de sustitución térmica (porcentaje de uso de energía proveniente del coprocesamiento) de entre el 10 y 12% a partir de 2019, con el uso de cubiertas de vehículos y camiones, las de máximo diámetro aprovechable.


“Es una tecnología que permite tratar residuos para obtener un “blending” o mezcla de cierto poder calorífico para usar como combustible alternativo para los hornos cementeros. Aunque Mendoza está en fase inicial y por ahora la tasa de sustitución térmica es de menos de la mitad, se proyecta un aumento exponencial”, explica Mariana Tortoza, jefa de Asuntos Ambientales de Holcim Argentina.


Y añade que “por un lado el coprocesamiento favorece el menor uso de energía no renovable. Y por otro, con menor emisión de CO2 disminuimos la huella de carbono o la emisión de gases de efecto invernadero”.


Para la especialista, el coprocesamiento ya es parte de la política de Holcim, a la que se refiere como “una pirámide, cuya cúspide es evitar residuos, sigue reusar, reciclar y el último coprocesar. Hay un programa de gestión interna de residuos y una de esas corrientes incluye a los coprocesables; es decir, deshechos que no son los habituales ni los sólidos urbanos. Por ejemplo, plástico que no puede reciclarse, trapos viejos, incluso los colaboradores tienen libertad para aportar los residuos de su casa”.


Si bien ha crecido lo suficiente en poco tiempo, Geocycle tiene apenas unos años de vida. Nació en 2015 como la nueva unidad de negocios para tratar residuos peligrosos y de otro tipo de la fusión de la francesa Lafarge con la cementera suiza Holcim, a tres años de la reconversión de Minetti. Cabe recordar que en los ‘90 la firma local a su vez había absorbido a la histórica Corcemar.


Sustentabilidad como negocio

A tal punto ha dado resultado, que de 14 millones de toneladas de residuos a nivel mundial en 2017 se coprocesaron 123.000 toneladas de neumáticos, lo que para la compañía significa un ahorro equivalente a lo que son capaces de generar 30.000 habitantes de una ciudad.


Para poner en marcha el nuevo modelo y adaptar su planta mendocina, Geocycle lleva invertido más de U$S1,3 millón con resultados a la vista. Su número 1 en el país o CEO en Argentina, Oscar Enríquez, valora el ahorro del 5,3% conseguido, aunque lo considera “marginal”.


Según Enríquez, “el objetivo es tener el sistema completo para poder procesar 600 toneladas mensuales desde 2019 para llegar a una capacidad total de 10.000 toneladas anuales con la cual se puede limpiar de neumáticos en desuso y otros residuos no sólo a la ciudad de Mendoza sino también a San Juan y San Luis. La principal ventaja es la sostenibilidad para lo cual es clave el trabajo colaborativo con las autoridades de la Provincia, centros de acopio, los repositores y la misma gente que pueda aportar los neumáticos que deja de usar. Sin alguna de esas partes, el proceso deja de ser sostenible”.


Asimismo, el ejecutivo mexicano remarca el concepto de “economía circular” y el impacto socioambiental que implica el tratamiento de NFUs (Neumáticos Fuera de Uso). “Trabajamos con los centros de acopio para captar neumáticos abandonados que suelen ser reservorio de los mosquitos transmisores de enfermedades como el Dengue y Chikungunya. Hay un beneficio para la salud que no se ve en estas acciones”, señala Enríquez, antes de supeditar el éxito de la apuesta a captar el aporte de gomerías, “los usuarios que reemplazan sus neumáticos por otros nuevos, como también empresas transportistas”. Y sin dejar de señalar el rol activo del Estado, que es parte necesaria.