La sustentabilidad, un camino que se afianza
Ventajas y utilidades de este sistema de edificación que ahorra energía.
La sustentabilidad es una herramienta constructiva que puede arrojar varias explicaciones a la hora de definirla, pero entre sus principales objetivos se aspira a fomentar el uso racional de los materiales, las buenas prácticas ambientales, el ahorro de la energía y la promoción de las buenas costumbres para favorecer la calidad de vida, destaca un informe del Grupo Construya.
Al respecto se refirieron varios especialistas que ya encabezaron proyectos de estas características, por lo general, en la edificación de viviendas en zonas con verde. Para Charly Karamanian, el impacto ambiental de la construcción y la operación de las viviendas son enormes: “Son las responsables de aproximadamente el 40% de las emisiones de Co2 y del consumo de las energías primarias. Una vivienda resulta sustentable cuando en las etapas de diseño, construcción, operación y fin del ciclo de vida se tienen en cuenta criterios que reducen de manera significativa las consecuencias negativas en el medio ambiente y sus habitantes. Busca ser: saludable, confortable, duradera, eficiente y responsable.”
En tanto que la arquitecta Bárbara Berson, la entiende mejor como vivienda sabia: “Creo que es aquella que comprende el lugar y el contexto donde se encuentra implantada. Con esto me refiero no solo al sitio, sino que además esto incluye región, cultura, paisaje y tecnología. Se puede dar tanto en la ciudad como en el campo. Es como que la casa de alguna forma conoce su altitud, su latitud, como se comporta el sol en sus paramentos, las lluvias, los vientos, las crecidas de los ríos, etc. Aprovecha con inteligencia cada uno de estos recursos disponibles. Tener estos datos ayudará a mejorar la iluminación, la ventilación y por consiguiente la sensación de confort en el interior de la vivienda. La tecnología con la que se encuentra construida es otro ítem fundamental a tener en cuenta. La emisión de carbono para producirlos y las distancias, de donde provienen, también es una preocupación a contemplar”.
Experiencias
Entre las edificaciones que se encabezaron se encuentra la que denominaron como La Casa G, la casa sustentable en la Argentina, una construcción en la que ya vive una familia completa dentro del Club de Campo las Cañuelas, en el kilómetro 56,3 de la ruta 3, en el partido de Cañuelas. Se trata de una construcción que se inauguró en 2013 e inició su obra en 2012. Posee una superficie de 359 m2 cubiertos y 125 m2 semicubiertos sobre un lote de casi 1.240 m2, y es de dos plantas.
Charly Karamanian desarrolló el proyecto. El arquitecto del proyecto es Juan González Calderón y la empresa constructora es VAHCO Construcciones Sustentables del arquitecto Guillermo Vázquez de Novoa.
Diferencias
Acerca de cuál es la diferencia entre una casa de construcción sustentable con relación a una de construcción tradicional, González Calderón, precisó que “básicamente la diferencia radica en su diseño, la selección de los materiales y su implementación racional; la disposición de los residuos de obra, el cuidar el agua y el entorno. Como resultado logramos un mayor confort con el menor consumo energético posible. Al momento de iniciar un proyecto, tanto propietarios como profesionales intervinientes deberían tener en cuenta que la construcción y el funcionamiento de una vivienda generan un compromiso social y con el medio ambiente de no menos de 100 años. Si incorporamos los fundamentos del diseño bioclima y elegimos materiales y tecnologías constructivas con criterio sustentable, lograremos minimizar el impacto en el medio ambiente, ganar en confort y reducir el costo de operación de las viviendas”.
También Berson se refirió sobre el tema: “La diferencia se da en que una es sabia y la otra no. La buena arquitectura lleva implícito ser sustentable. Por otro lado, es vital que el medio ambiente y la obra actúen y dialoguen como en una sinfonía. Los aspectos claves son la ubicación-orientación-aislación-tratamiento de efluentes, y, el uso de las energías limpias”.
Los especialistas coinciden en que el cuidado de la energía es necesario en todo proyecto sustentable.
Por ejemplo, se puede ahorrar energía al aprovechar el sol para calentar el agua corriente sanitaria, utilizar las bombas y los artefactos de iluminación de bajo consumo. Como también el cuidado del agua: “con el recupero de aguas de lluvia, reutilización de aguas grises y procesamiento de efluentes. Ese aspecto se podrá desarrollar en mayor o menor medida dependiendo del lugar donde esta emplazada la vivienda, pero sin duda constituye uno de los aportes más importantes al medio ambiente a largo plazo. Finalmente, el manejo de los residuos, aquellos generados durante la obra y prever un lugar físico en la cocina, lavadero o garaje para la separación de los residuos en origen en el día a día”, acotó Karamanian.
Costos
Sobre los valores que genera una vivienda sustentable, se estima un sobrecosto de entre un 20 a un 30% sobre el valor total del proyecto, en relación con una casa de construcción tradicional, dependiendo del tipo de tecnologías adoptadas al momento de la construcción.
El tema de los materiales no es tan traumático a la hora de edificar en forma amigable con el medio ambiente.
“No hay materiales imprescindibles. Evolucionan a la par de las técnicas. Lo que tenemos que tener siempre presente es el criterio de conservación de los recursos y la huella de carbono de los materiales que utilizamos. Siempre hay que priorizar aquellos de origen local”, comentó Karamanian.
“Hay aspectos como el diseño bioclimático que no sale más caro que una construcción tradicional y nos permite ahorrar dinero desde el momento en que habitamos la casa. Hay materiales y tecnologías como las aislaciones térmicas y los colectores solares para calentar agua corriente sanitaria cuyo plazo de amortización se encuentra entre los 3 y 6 años y hay otros como los paneles fotovoltaicos que superan los 10 años. Lo que recomiendo es establecer prioridades en base al presupuesto total de obra y, al momento de diseñar el proyecto, dejar prevista la posibilidad de actualizaciones futuras”, dijo Karamanian.
En la Argentina, más del 80% de la energía es producida utilizando combustibles fósiles, por lo tanto, la energía más limpia es la que no se consume. Por lo tanto hay un amplio camino por recorrer todavía como industria.
“En un edificio u hogar, el mayor consumo de energía corresponde a los sistemas de climatización, seguido por los de iluminación y electrodomésticos de uso permanente como heladeras, bombas y ascensores. Por lo tanto un buen diseño bioclimático y aislaciones eficientes evitara los consumos innecesarios. Una buena distribución de los ambientes y el uso de soluciones como ventanas de techo o túneles solares evitarán el uso de energía para iluminación durante el día. Durante la noche utilizaremos iluminación del tipo LED, que no solo son más eficiente que las de bajo consumo (menor consumo, generan menos calor y duran más) sino que las mismas no contienen mercurio en su fabricación”, precisó el especialista González Calderón.
“La idea es tomar las decisiones correctas de cualquier otra cosa. A través de sistemas pasivos la casa se puede acondicionar ahorrando energía y materiales. Luego se le pueden sumar sistemas activos que aumentan el costo por m2. En cuanto al plazo de obra, si se utilizan sistemas en seco se puede ahorrar mucho tiempo. Trabajando en taller y sin contaminar el terreno con residuos de obra”, amplió Berson.
La sustentabilidad es una herramienta constructiva que puede arrojar varias explicaciones a la hora de definirla, pero entre sus principales objetivos se aspira a fomentar el uso racional de los materiales, las buenas prácticas ambientales, el ahorro de la energía y la promoción de las buenas costumbres para favorecer la calidad de vida, destaca un informe del Grupo Construya.
Al respecto se refirieron varios especialistas que ya encabezaron proyectos de estas características, por lo general, en la edificación de viviendas en zonas con verde. Para Charly Karamanian, el impacto ambiental de la construcción y la operación de las viviendas son enormes: “Son las responsables de aproximadamente el 40% de las emisiones de Co2 y del consumo de las energías primarias. Una vivienda resulta sustentable cuando en las etapas de diseño, construcción, operación y fin del ciclo de vida se tienen en cuenta criterios que reducen de manera significativa las consecuencias negativas en el medio ambiente y sus habitantes. Busca ser: saludable, confortable, duradera, eficiente y responsable.”
En tanto que la arquitecta Bárbara Berson, la entiende mejor como vivienda sabia: “Creo que es aquella que comprende el lugar y el contexto donde se encuentra implantada. Con esto me refiero no solo al sitio, sino que además esto incluye región, cultura, paisaje y tecnología. Se puede dar tanto en la ciudad como en el campo. Es como que la casa de alguna forma conoce su altitud, su latitud, como se comporta el sol en sus paramentos, las lluvias, los vientos, las crecidas de los ríos, etc. Aprovecha con inteligencia cada uno de estos recursos disponibles. Tener estos datos ayudará a mejorar la iluminación, la ventilación y por consiguiente la sensación de confort en el interior de la vivienda. La tecnología con la que se encuentra construida es otro ítem fundamental a tener en cuenta. La emisión de carbono para producirlos y las distancias, de donde provienen, también es una preocupación a contemplar”.
Experiencias
Entre las edificaciones que se encabezaron se encuentra la que denominaron como La Casa G, la casa sustentable en la Argentina, una construcción en la que ya vive una familia completa dentro del Club de Campo las Cañuelas, en el kilómetro 56,3 de la ruta 3, en el partido de Cañuelas. Se trata de una construcción que se inauguró en 2013 e inició su obra en 2012. Posee una superficie de 359 m2 cubiertos y 125 m2 semicubiertos sobre un lote de casi 1.240 m2, y es de dos plantas.
Charly Karamanian desarrolló el proyecto. El arquitecto del proyecto es Juan González Calderón y la empresa constructora es VAHCO Construcciones Sustentables del arquitecto Guillermo Vázquez de Novoa.
Diferencias
Acerca de cuál es la diferencia entre una casa de construcción sustentable con relación a una de construcción tradicional, González Calderón, precisó que “básicamente la diferencia radica en su diseño, la selección de los materiales y su implementación racional; la disposición de los residuos de obra, el cuidar el agua y el entorno. Como resultado logramos un mayor confort con el menor consumo energético posible. Al momento de iniciar un proyecto, tanto propietarios como profesionales intervinientes deberían tener en cuenta que la construcción y el funcionamiento de una vivienda generan un compromiso social y con el medio ambiente de no menos de 100 años. Si incorporamos los fundamentos del diseño bioclima y elegimos materiales y tecnologías constructivas con criterio sustentable, lograremos minimizar el impacto en el medio ambiente, ganar en confort y reducir el costo de operación de las viviendas”.
También Berson se refirió sobre el tema: “La diferencia se da en que una es sabia y la otra no. La buena arquitectura lleva implícito ser sustentable. Por otro lado, es vital que el medio ambiente y la obra actúen y dialoguen como en una sinfonía. Los aspectos claves son la ubicación-orientación-aislación-tratamiento de efluentes, y, el uso de las energías limpias”.
Los especialistas coinciden en que el cuidado de la energía es necesario en todo proyecto sustentable.
Por ejemplo, se puede ahorrar energía al aprovechar el sol para calentar el agua corriente sanitaria, utilizar las bombas y los artefactos de iluminación de bajo consumo. Como también el cuidado del agua: “con el recupero de aguas de lluvia, reutilización de aguas grises y procesamiento de efluentes. Ese aspecto se podrá desarrollar en mayor o menor medida dependiendo del lugar donde esta emplazada la vivienda, pero sin duda constituye uno de los aportes más importantes al medio ambiente a largo plazo. Finalmente, el manejo de los residuos, aquellos generados durante la obra y prever un lugar físico en la cocina, lavadero o garaje para la separación de los residuos en origen en el día a día”, acotó Karamanian.
Costos
Sobre los valores que genera una vivienda sustentable, se estima un sobrecosto de entre un 20 a un 30% sobre el valor total del proyecto, en relación con una casa de construcción tradicional, dependiendo del tipo de tecnologías adoptadas al momento de la construcción.
El tema de los materiales no es tan traumático a la hora de edificar en forma amigable con el medio ambiente.
“No hay materiales imprescindibles. Evolucionan a la par de las técnicas. Lo que tenemos que tener siempre presente es el criterio de conservación de los recursos y la huella de carbono de los materiales que utilizamos. Siempre hay que priorizar aquellos de origen local”, comentó Karamanian.
“Hay aspectos como el diseño bioclimático que no sale más caro que una construcción tradicional y nos permite ahorrar dinero desde el momento en que habitamos la casa. Hay materiales y tecnologías como las aislaciones térmicas y los colectores solares para calentar agua corriente sanitaria cuyo plazo de amortización se encuentra entre los 3 y 6 años y hay otros como los paneles fotovoltaicos que superan los 10 años. Lo que recomiendo es establecer prioridades en base al presupuesto total de obra y, al momento de diseñar el proyecto, dejar prevista la posibilidad de actualizaciones futuras”, dijo Karamanian.
En la Argentina, más del 80% de la energía es producida utilizando combustibles fósiles, por lo tanto, la energía más limpia es la que no se consume. Por lo tanto hay un amplio camino por recorrer todavía como industria.
“En un edificio u hogar, el mayor consumo de energía corresponde a los sistemas de climatización, seguido por los de iluminación y electrodomésticos de uso permanente como heladeras, bombas y ascensores. Por lo tanto un buen diseño bioclimático y aislaciones eficientes evitara los consumos innecesarios. Una buena distribución de los ambientes y el uso de soluciones como ventanas de techo o túneles solares evitarán el uso de energía para iluminación durante el día. Durante la noche utilizaremos iluminación del tipo LED, que no solo son más eficiente que las de bajo consumo (menor consumo, generan menos calor y duran más) sino que las mismas no contienen mercurio en su fabricación”, precisó el especialista González Calderón.
“La idea es tomar las decisiones correctas de cualquier otra cosa. A través de sistemas pasivos la casa se puede acondicionar ahorrando energía y materiales. Luego se le pueden sumar sistemas activos que aumentan el costo por m2. En cuanto al plazo de obra, si se utilizan sistemas en seco se puede ahorrar mucho tiempo. Trabajando en taller y sin contaminar el terreno con residuos de obra”, amplió Berson.
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