Florencia Aise: la artista mendocina que conmueve al mundo con sus obras

Por Arquitecta Rosana Raffaini

Florencia Aise nació en Mendoza el 9 de diciembre de 1.983. Es artista plástica autodidacta y su trayectoria la ha posicionado como una de las jóvenes más influyentes y representativas de la pintura latinoamericana a nivel internacional.

Es hija única y desde muy pequeña viajaba con sus padres por el mundo con su block de dibujo y lápices de colores. De esa manera fue recorriendo su camino y aprendiendo nuevas técnicas. A sus dieciséis años pintaba óleos sobre lienzo con tendencias naturalistas que se destacaban por su realismo. Se matriculó en la Universidad Nacional de Cuyo para estudiar Diseño Industrial con orientación en Gráfica, pero siempre siguió pintando, inspirada en referentes internacionales como Francisco Goya, Antonio López y Estanislao López. Aprendió varias técnicas y estilos artísticos por su cuenta y en estudios de colegas.

A los 20 años fue mamá de su hija mayor, que es la persona que más influyó en su vida y en su carrera. En la actualidad es famosa por sus retratos hiperrealistas. Además de la felicidad que le produce pintar, le provoca una sensación que la lleva a una dimensión relajada y placentera, fuera de este mundo. Su principal fuente de inspiración para los retratos son sus dos hijas, pero también pinta vírgenes en las que mezcla la técnica del óleo, el collage y los marcos trabajados. Los caballos también han sido parte de su pintura.

En el año 2.014 fue invitada a una Exposición en la prestigiosa "Art Basel Week de Miami". A lo largo de su exitosa carrera ha expuesto en Estados Unidos y en muchos países de Europa. En el año 2.015 la Revista Forbes la eligió entre los artistas plásticos "sub 35" más destacados de América Latina.

Ella se define como "madre y mujer antes que artista". Pinta desde muy temprano hasta la tarde, aprovechando el tiempo en el que sus hijas están en el colegio. Tiene su estudio en casa, pero no sólo pinta allí, sino en cualquier lugar de su hogar que la inspire en el momento. En su casa se respira arte en cada rincón. El hall principal alberga un cuadro de su hija menor que emociona a quien atraviesa la puerta. Florencia transforma lo que toca. Las zapatillas con las que nos recibió están intervenidas con unas hermosas flores que las hacen únicas.

La situación extraordinaria que vivimos estos días, pasando tanto tiempo en casa, ha tenido sus efectos en la artista: descubrió que las paredes son otro lugar donde puede desplegar su magia. Ahora los muros de su cuarto cobraron vida con un paisaje imaginario que Florencia creó intuitivamente. Las paredes se convirtieron en la cuna de un relato que estimula la imaginación y la invita a pasar más tiempo en su dormitorio, favoreciendo su descanso, sus tiempos de lectura o algún momento dedicado a la investigación con un café y su notebook.

La pintura mural es el método pictórico más antiguo del mundo. En la prehistoria, el hombre se ha expresado de múltiples formas gráficas, antes de que estas representaciones llegasen a transformarse en letra, dando lugar al inicio de lo que hoy conocemos como Historia. Desde entonces hasta la actualidad, ha habido muchas transformaciones en la pintura, pero el muro siempre ha sido su gran soporte.

La técnica que utiliza es la misma que para sus cuadros: óleo y pinceles. En el caso de los murales, se coloca bastante diluido para optimizar los recursos. La situación ideal es trabajar sobre paredes previamente impregnadas, para facilitar la tarea y disminuir las cantidades de producto. No hay bosquejos previos ni dibujos. Su talento se va extendiendo a lo largo y a lo ancho de las paredes de manera instintiva, transformando los espacios con su frescura.

Florencia tiene 36 años y todavía se sorprende y conmueve con la repercusión mundial de sus obras o cuando algún niño que la estudió en la primaria le pide sacarse una foto. La pintora sueña con el encargo de un gran mural para algún hotel o bodega, en el que pueda plasmar todo su talento con plateados y dorados a la hoja en otro de sus bellos paisajes idílicos que transportan a otra dimensión a la artista mientras los pinta, y a quien habita o recorre los espacios.