Quiénes hacen y cual es el plan de Aconcagua, una nueva petrolera de Mendoza

Aconcagua Energía entré pisando fuerte en la provincia ganando la licitación para la explotación de áreas petroleras en San Rafael y Tupungato. Quiénes son y cuáles son sus planes de desarrollo.


Por Carina Luz Pérez


La petrolera Aconcagua Energía es la cara nueva de los operadores que trabajan en la provincia para extraer crudo en áreas maduras, tras haber ganado la licitación de Atuel Norte de San Rafael, y Puesto Pozo Cercado Oriental en Tupungato. Entre ambas inversiones, aportará 35 millones de dólares durante los próximos diez años a la actividad local.


Esta empresa fue la sorpresa de la última licitación lanzada por el Gobierno sobre 11 áreas, de las cuales adjudicaron siete. Aconcagua se quedó con las únicas dos extractivas, mientras que el resto de los grandes jugadores como YPF o El Trébol, apostaron a la exploración.


Tan nueva es Aconcagua Energía que se formó en 2015 y desde entonces ha ido consolidando sus operaciones en la cuenca neuquina. Específicamente, trabaja sobre las áreas Catriel Viejo y Catriel Oeste en Río Negro, y a partir de allí, con financiamiento e reinversión de los rendimientos económicos obtenidos, pudieron participar del llamado mendocino.


Javier Basso, director Financiero y cofundador de la empresa junto a Diego Trabucco, quien es  director Ejecutivo de la firma, explicó desde sus oficinas en Buenos Aires que “con Diego hemos trabajado durante muchos años, más de diez en YPF, en puestos relevantes. Ahí aprendimos sobre las potencialidades de este nicho del mercado: el de las áreas marginales que en general les deja de convenir a las grandes  empresas y vimos una posibilidad de negocio interesante y nos hemos especializamos en áreas maduras”.


“Con este tipo de yacimientos, lo que se busca es eficiencia y que la gran mayoría de los bloques siga produciendo”, agregó Basso. Y dio como ejemplo el caso de Atuel Norte: “hace un año que no estaba produciendo y con nuestra entrada retomará la actividad. Como ésa área hay muchas en Argentina. Aconcagua tiene un modelo de negocio acotado, con gestión directa, por proceso y específica, y le damos economicidad a esos campos aportando con producción a la matriz energética y con regalías a las arcas de la provincia”.


Las áreas marginales


Como explican desde Aconcagua Energía, el nicho de la extracción en áreas marginales está en crecimiento, alumbrando a pequeñas empresas de capitales nacionales que pueden continuar con el rendimiento de los pozos, en una etapa secundaria y terciaria, mientras se trabaja en los recursos no convencionales que tiene Mendoza.


En Argentina, las grandes empresas dejan de interesarse por los bloques antiguos, justamente para dirigir sus esfuerzos a dónde el rendimiento será mayor, en tanto exploran las áreas no convencionales, como es el caso de Vaca Muerta.


Basso se explayó sobre este punto y comentó: “existe una realidad insoslayable y es que en el país hay unas 300 áreas de explotación de petróleo, de las cuáles el 80% está en manos de 4 compañías grandes. Ahora bien, esas grandes empresas manejan alrededor de 30 áreas  petroleras primarias de donde se saca  el 80% de toda la producción nacional. Esto significa que las grandes empresas normalmente hacen su pareto (orden de prioridades)  y reinvierten en aquellos bloques donde tendrán mayor rendimiento en bloques específicos, dejando relegados estos yacimientos maduros, que si bien son rentables, no son tan interesantes para empresas que tienen enormes estructuras. En el caso de YPF, ya saben que el mayor potencial lo tienen los yacimientos no convencionales. Entonces, el recurso finito que es el dinero es aportado hacia esas áreas mayormente, dejando de invertir en áreas maduras que requieren para seguir funcionando tener inversiones continuas para sostener el nivel de producción. Es decir, que en una empresa que tiene muchos bloques en producción, deben elegir aquellos que les darán más rentabilidad”.


Otro aspecto importante referido a la extracción de petróleo en áreas marginales es el uso de la tecnología para predecir cualquier tipo de inconveniente en los pozos activos.


En este sentido, Aconcagua apunta a la  automatización de los procesos. Sobre todo, al manejo de estadísticas y trabajo predictivo, con el objetivo de prevenir problemas en lugar de solucionarlos una vez que sucedieron. Esto implica, más que utilización de tecnología de punta, la aplicación de método en los campos, con estudios geológicos continuos, optimización de la producción y monitoreo online durante las 24 horas del día.  “A la larga, es mayor gasto diario pero logrando obtener máximos niveles de aprovechamiento de cada pozo”, indicó Basso.


Las expectativas futuras

El interés para participar en la licitación mendocina tiene expresa relación con las expectativas futuras que despierta la provincia para desarrollar otras áreas maduras. Por eso, una vez que consolidaron las operaciones en Río Negro tras un año y medio de trabajo, con el financiamiento del Banco de Servicio de Transacciones, sindicatos bancarios y reinvirtiendo las ganancias para apalancar el crecimiento de Aconcagua, presentaron  la oferta para Pozo Cercado Oriental y Atuel Norte, como primer paso para ingresar a Mendoza.


En este caso, desde Aconcagua Energía analizaron la potencialidad de las áreas concesionadas recientemente, pero en vista al desarrollo de la plaza de campos maduros en el sur  y de la formación Cacheuta, en el  norte provincial. Ahora bien, Basso aclaró que no tienen pensado participar en nuevas licitaciones a corto plazo, ya que el criterio de la empresa siempre es consolidar una operación y reinvertir en cada una de las que ya están en funcionamiento para luego incorporar más áreas.


El ejecutivo de Aconcagua indicó que “si no se hacen inversiones en las áreas maduras la producción declina y es muy distinto el modelo de negocio de una multinacional de consumo, que debe repartir dividendos, a una empresa como la nuestra, que es de capital nacional, que tiene un flujo y reflujo de inversiones para mantener la reinversión continua en la producción, lo que genera un efecto derrame en la localidad donde se opera”.


Esto explica en gran medida la política de Aconcagua, ya que focalizan el trabajo en explotación secundaria y terciaria. En el caso mendocino, analizaron los niveles de reserva de las áreas vecinas, y la posibilidad de crecimiento continuo. Sin embargo, Basso recalca que “en Aconcagua no comulgamos con los métodos expansivos o explosivos porque generan niveles de actividad que no son sustentables en el tiempo, preferimos focalizarnos, consolidar y luego agregar”.



Otra arista de Aconcagua Energía

Los planes de responsabilidad social (RSE) son claves para Aconcagua Energía. De hecho han desarrollado una relación con el municipio de Catriel y el club de fútbol de esa localidad. En este sentido, Basso comentó que “siempre tenemos relación con la gente del pueblo donde trabajamos, participamos activamente de la vida social y respetamos el lugar donde tenemos las operaciones, poniendo el foco en educación y en el deporte. En Mendoza, queremos hacer lo mismo”, adelantan.


Equipo de gestión


-La empresa Aconcagua Energía tiene como presidente y CEO a Diego Sebastián Trabucco, un ingeniero industrial con más de 20 años de experiencia en el sector y con trabajos en las cuencas Austral, el Golfo San Jorge y la Neuquina gestionando o gerenciando activos gasíferos y petroleros.


-Javier Agustín Basso es el vicepresidente de la empresa y director financiero. Es economista con maestría en finanzas y con más de 15 años de experiencia en la industria petrolera.


-Leonardo Deccechis es el gerente general de operaciones de la empresa. Ingeniero mecánico de profesión con más de 20 años de experiencia en la industria petrolera gerenciando operaciones en yacimientos importantes de YPF, Chevron, Petronas y otras compañías.