“Hace mucho no somos una promesa petrolera”

Para Alejandro Neme, director de EMESA, la concesión de doce nuevas áreas petroleras puede generar una reversión en la curva negativa de la producción.









Para Alejandro Neme, director de EMESA, la concesión de doce nuevas áreas petroleras puede generar una reversión en la curva negativa de la producción. Sin embargo, su gestión se centrará más en la producción de la energía eléctrica y los generadores alternativos.




El director de la Empresa Mendocina de Energía Sociedad Anónima (EMESA), Alejandro Neme, habló con Área Tres sobre los objetivos dispuestos desde el Gobierno para administrar los recursos energéticos de Mendoza y el plan estratégico para recomponer las reservas de petróleo en los próximos cinco años.




Con tres años de gestión por delante, Neme asegura que la provincia deberá poner un especial énfasis en la concesión de doce nuevas áreas de explotación de shale petróleo y shale gas a través de explotaciones no convencionales y saldar deudas pendientes en el tendido y distribución de energía eléctrica.




¿Cuál es la función que cumple EMESA en el plan energético de la provincia?




La ley de creación de EMESA le da un objeto social que le permite abarcar tanto la energía como producto, como insumo para el desarrollo, elemento indispensable para nuestro estilo de vida en el siglo XXI; además de la titularidad de las áreas que no hoy no están concesionadas para poder concesionarlas para exploración y explotación de hidrocarburos, ejecución de obras y administración de fondos específicos para la construcción de obras.  Si bien se diferencia bastante de las prestadoras de servicios públicos, su objeto social también la habilita para avanzar con ese propósito, en caso de que sea necesario. 




¿Cómo se inserta EMESA en el mapa de crisis energética de la última década?




Yo no comparto la concepción de una crisis generada en la última década. En realidad nos encontramos con un esquema energético en el cual, si bien la prestación de los servicios en términos sensitivos había mejorado para la población, la producción de energía en cantidades suficientes para poder abordar el futuro de crecimiento y principalmente la producción de hidrocarburos no tenía la base de desarrollo suficiente.   La demanda ha crecido a niveles inéditos para la Argentina y es cierto que aparentemente no alcanza para abastecer, pero no es porque no se haya hecho sino porque las señales económicas han sido muy fuertes en cuanto al consumo. 




¿Qué opina del acuerdo YPF – Chevron? 




Esta última medida que se tomó, frente al coro de los que remarcaban la falta de inversión externa y las propias señales de inversión, el Decreto 929 y el posterior acuerdo con Chevron está marcando un cambio en la tendencia para poder cumplir con el objetivo de soberanía hidrocarburífera. Así se generan las condiciones de inversión que permitan empezar a ampliar las reservas y comenzar a explotar esa gran fortuna que ha encontrado Argentina en su profundo subsuelo, que es la tercera existencia descubierta de shale gas y petróleo en el mundo. 




¿Cuáles son los objetivos que le planteó el Gobernador? 




Mejorar la producción del petróleo y gas de la provincia, para lo cual hay 12 áreas hidrocarburíferas (o un poco más, depende de los estudios que estamos realizando para subdividir áreas muy extensas, y que vamos a intentar hacerlo en mejores condiciones. También tenemos la extensión de Vaca Muerta, que incluye zonas que ya están concesionadas (principalmente en Malargüe) y no concesionadas como la de Las Leñas y Cerro Manzano. 




¿Con la energía eléctrica hay alguna prioridad?




El objetivo es garantizar el abastecimiento eléctrico de Mendoza a través de la concreción de algunas obras de infraestructura del sistema de transmisión que están muy relegadas y que son necesarias para sacarle todo el beneficio a la doble alimentación que tiene ahora la provincia con la línea Comahue-Cuyo como alternativa de la preexistente Gran Mendoza - Río Tercero - Santa Fe.  Revisar las obras más importantes de infraestructura. Una es vincular al esquema las centrales de los nihuiles con San Rafael en la línea denominada Nihuil 4 – San Rafael. Esta es la única ciudad de más de 10 mil habitantes en el país que no tiene doble alimentación en 132 KW. Todo eso necesita una gestión regulatoria de diseño de una estructura de financiamiento que nosotros nos proponemos dejar encaminadas y en construcción. 




¿Hay lugar para las llamadas energías limpias o renovables?




Sí, están en un segundo nivel de importancia y consiste en dar los primeros pasos en el avance hacia las energías renovables. Es decir, llegar al término de la gestión, tratando de tener un emprendimiento solar, uno eólico (de alguna envergadura), y poniendo en marcha la gran capacidad que tiene Mendoza en cuanto a pequeños aprovechamientos hidroeléctricos.  La provincia tiene estimado que existen entre 80 y 100 megavatios dispersos, aprovechables por micro emprendimientos hidroeléctricos. 




 ¿Cuál ha sido la respuesta del sector privado con la creación de EMESA? 




En general, el sector privado ha visto con muy buenos ojos la creación de EMESA porque al concentrar todo lo que es el área energía, se espera que nosotros seamos facilitadores de la gestión del privado que quiere invertir y que quiere asociarse con el Estado.  Hoy tenemos muchas ventanillas para la generación de proyectos y de trámites a veces vinculados a las normales reglas de la administración y la contabilidad del Estado. Nosotros somos una sociedad anónima, que si bien vamos a tener que tener mucha prolijidad porque estamos manejando recursos públicos, tenemos una agilidad distinta en la toma de decisiones y en la posibilidad de gestionar asociaciones, endeudamientos, financiamientos que el Estado no tiene; y tenemos muchas propuestas para trabajar en distintos rubros. 




¿El acuerdo YPF-Chevron va a incidir sobre los objetivos planteados por EMESA? 




Yo creo que no, porque este acuerdo está enmarcado en el Decreto 929, que involucra a un proyecto que se va a desarrollar en Neuquén, donde está el 70% de Vaca Muerta. Es un acuerdo específico creado para invertir en áreas de menor riesgo exploratorio y de producción, y donde ya hay producción efectiva no convencional.  Lo que sí da es un primer puntapié para pensar que es posible que en el futuro, los módulos de inversión también se puedan extender a las áreas ubicadas en Mendoza, y entrar en un tratamiento similar.  Por el momento no es posible un proyecto de inversión de mil millones de dólares.  Lo que queda por dilucidar con respecto a este decreto, es si permite la sumatoria de proyectos. Eso no lo dice, pero tampoco lo prohíbe. Por eso estamos tratando de determinar con las autoridades pertinentes, si va a haber una reglamentación que permita que venga un inversor, que por ahora necesariamente tenga que poner mil millones de dólares en cinco años, y pueda poner parte en Neuquén y parte en Mendoza. 




 ¿Cuándo va a empezar a obtener réditos Mendoza por estas áreas? 




Hoy por hoy, no se puede determinar el potencial, ya que los estudios de Sísmica 2D o 3D que se realizan son inversiones multimillonarias que difícilmente la hagan los estados, sino que la hacen las empresas petroleras en áreas más pequeñas en donde ya están extrayendo hidrocarburos y lentamente las van ampliando.  Los permisos de concesiones están diseñados para conciliar los tiempos lógicos y naturales que lleva una exploración petrolera y la posterior extracción y producción. 




El horizonte es que entre tres y cinco años, estas doce áreas, en caso de ser concesionadas y de encontrar hidrocarburos, puedan estar produciendo comercialmente.  Aún así, la potencialidad no es estimable hasta que las empresas comiencen la extracción de petróleo desde esas áreas.




¿Mendoza es una promesa en cuanto a los recursos petroleros?




Hay que tener en cuenta que Mendoza es una provincia que tiene una larga historia petrolera y eso significa que no es nuevo descubrimiento. Mendoza ya produjo muchos años, tiene una gran parte de sus yacimientos en declinación petrolera, y lo que estamos hablando son de doce áreas que no estuvieron concesionadas y que potencialmente pueden tener petróleo. No somos una promesa petrolera, fuimos la primera productora del país durante mucho tiempo, y hoy estamos en el tercer lugar con la mayoría de las explotaciones en declinación.




Nos quedan las que están siendo exploradas hoy de la segunda ronda, que adjudicó Jaque, algunas de las cuales han dado excelentes resultados como el área de Chichahuén, que ya han pedido la comercialidad del yacimiento.


Entre las doce y estás anteriores pueden cambiar la curva, pero no hay que pensar que el cambio va a ser notorio y que ésta va a ser la principal industria mendocina.