“El tránsito más que un problema, es un desafío”.

Guillermo Dietrich, subsecretario de Transporte de la Ciudad de Buenos Aires, visitó Mendoza.















Guillermo Dietrich, subsecretario de Transporte de la Ciudad de Buenos Aires, visitó Mendoza. Analizó la situación del tránsito desde lo hecho en Buenos Aires.

“El transito más que un problema es un desafío, porque imaginar ciudades sin tránsito es pensar en ciudades vacías”. Esta frase marca el inicio de la entrevista y a la vez se instala como Norte de lo que sigue a continuación con la charla que AREA TRES tuvo con Guillermo Dietrich, subsecretario de Transporte de la Ciudad de Buenos Aires. Un funcionario que como credenciales puede mostrar lo hecho con el Metrobus y las bicisendas en la capital argentina.


“El tránsito es un dato más que un problema. Y frente a este dato, el debate no es sobre cómo solucionar la congestión sino cómo mejoramos la movilidad en las ciudades”, advierte Dietrich.


¿Cómo se puede trasladar este tipo de discusiones a ciudades como Mendoza?


No hay ciudades que se definan desde cero. Todas las ciudades tienen sus realidades y cualquier proceso de cambios es problemático por la propia resistencia de los seres humanos al cambio. En Buenos Aires nos decían que no era una ciudad para las bicicletas, que las bicicletas eran para Europa. Cuatro años después, Buenos Aires debe ser la ciudad del mundo donde más creció el uso de bicicletas. El problema era la resistencia al cambio, a incorporar algo nuevo. La cuestión que hay atrás es la decisión política de entender que la congestión del tránsito es inevitable y hay que hacer cosas para mejorar la movilidad de las personas en la ciudad. Y si no se cambian los paradigmas, el problema que vas a tener es que todos los años va a ser peor. Y esto es crónica de una muerte anunciada.


¿Desde la planificación, cuáles son los principales desafíos a vencer a la hora de plantear estos cambios de paradigmas?


Hay cuatro puntos centrales. Uno es la convicción política de hacer esto; por lo general los gobernantes no se dedican a estudiar estas cosas y por lo tanto no hay convicción. Y cuando no hay convicción se hace por lo general lo más fácil y termina pasando que no se hace nada. 


El segundo elemento es la determinación, porque toda cosa nueva que se hace siempre va a tener costos. Es imposible hacer estas cosas sin tener costos, sin que haya gente o intereses que se opongan. 


En lo que fue el Metrobus y las ciclovías, Mauricio Macri (jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires) tuvo la convicción y determinación de hacer y llevar adelante estos cambios. El tercer punto es la explicación y búsqueda de consensos. 


Como toda cosa nueva que se hace, hay que explica mucho qué se está haciendo, por qué, qué hacen otras ciudades. En mi caso, yo me llevaba a grupos de periodistas a recorrer las bicisendas y les explicábamos por qué las estábamos haciendo. Lo mismo hicimos con el Metrobus. Y por último tener una muy buena planificación y estrategia. Como estos procesos van a ser complicados y vas a tener oposición y obstáculos por vencer, la clave está en la buena planificación.


Un buen ejemplo de lo que no hay que hacer son las ciclovías en la Ciudad de Mendoza. Estuve recorriendo en bici la ciclovía de Juan B. Justo, con una sensación de mucha inseguridad porque está en el medio de una avenida de doble carril sin boulevard, y en auto en otras. Prácticamente no vi ciclistas y si vi ciclistas donde no hay bicisendas. ¿Cuál es el problema de esto? En algo que tiene resistencia, como es sacarle espacio a los autos para hacer una ciclovía, si se hace mal, lo que ocurre es que están matando una idea haciéndola mal y cuando quieras hacer bien las cosas vas a tener mucho menos margen político. Las ciclovías se tienen que hacer como una red, no donde uno se imagina que estaría bueno que la gente ande en bicicleta sino donde realmente la gente anda en bici. No hay nada peor que las buenas prácticas mal aplicadas.


Cómo equipo técnico del PRO, ustedes están asesorando y acompañando a Gustavo Senetiner como candidato a concejal en las elecciones de la Capital. ¿Qué evaluación hace de cómo está funcionando hoy el tránsito en la Ciudad de Mendoza?


La Ciudad de Mendoza es una de las más lindas del país y en la cual me quedaría a vivir encantado. Es una ciudad con mucho tránsito y la realidad es que cada vez va a haber más tránsito. El trayecto que hoy te demora 10 minutos, en los próximos años te ocupará 20 o 40 minutos. Por lo que no se está encarando la transformación que hay que hacer y que apunta a darle prioridad al transporte público y para eso hay que tener convicción y determinación política. Y es lo que pasa aquí. 


Hacer un tranvía para que lo usen 5.000 personas por día en un sistema que mueve a 600.000 personas por día es lo mismo que no hacer nada. Es peor que no hacer nada, porque gastaste plata en algo que no sirve. Y no solo por la inversión sino por el dinero que todos los meses hay que poner para que esto funcione porque es imposible que (el Metrotranvía) sea sustentable por medio de tarifa. 


Darle prioridad al transporte público no es hacer tranvías que no sirven. Es tomar las decisiones necesarias para que la gente que viaja en colectivo, que son 600.000 por día en Mendoza, lo hagan más rápido que en auto y para eso hay que tomar decisiones difíciles. 


A esa persona que elige el colectivo hay que premiarla e incentivar a que más personas prefieran viajar en colectivo antes que en automóvil. Lo mismo ocurre con las ciclovías, donde se premia a aquellos que viajan en bicicleta y se incentiva a otros para que también lo hagan.


Hay un determinante clave para abordar soluciones para el tránsito en las ciudades y es el presupuestario, la falta de acceso a fondos para infraestructura. ¿Qué se puede hacer frente a esto?


Acá se hizo el Metrotranvía, por lo tanto la plata está. El problema es que se hizo mal. En ciudades de este tamaño (como Mendoza) generalmente no es un problema presupuestario. El problema de las bicisendas en Mendoza es la planificación, porque se hicieron y nadie las usa. 


En general, en todas estas obras se trabaja con la infraestructura existente, la clave está en la planificación de las medidas que se van a llevar a cabo.