El mercado inmobiliario argentino en transformación: impacto de las nuevas políticas económicas

Entre las medidas más significativas se encuentra la eliminación de los controles de alquileres y la liberalización de precios, lo que ha generado un impacto inmediato en la oferta y la demanda de propiedades en el país.

Sabrina Zapico, Martillera Publica Nacional (MAT 4403 CPMYCLZ) titular de SZ Canning Propiedades

@szcanningpropiedades

El mercado inmobiliario en Argentina atraviesa un período de cambios profundos impulsados por las recientes reformas económicas del gobierno. Entre las medidas más significativas se encuentra la eliminación de los controles de alquileres y la liberalización de precios, lo que ha generado un impacto inmediato en la oferta y la demanda de propiedades en el país.

Actualidad: el mercado inmobiliario y la construcción

Desde la eliminación de la Ley de Alquileres, la cantidad de propiedades disponibles para renta en la Ciudad de Buenos Aires ha experimentado un crecimiento exponencial, superando el 170% en comparación con el año pasado. Esto ha permitido que muchos inmuebles que antes se mantenían fuera del mercado por la rigidez de la regulación vuelvan a estar disponibles, ofreciendo más opciones para los inquilinos.

Si bien la flexibilización del mercado ha resultado en un aumento nominal en los precios de alquiler, la inflación ha jugado un papel clave en la reducción del valor real de estos montos. Según informes recientes, el precio real de los alquileres ajustado por inflación ha caído aproximadamente un 40%, lo que refleja la dinámica de un mercado en transición y aún en búsqueda de equilibrio.

Otro efecto de la desregulación ha sido el incremento de la actividad en el sector de compraventa de propiedades. Con un escenario más predecible para inversores y propietarios, se ha reactivado la intención de compra de inmuebles, aunque aún persisten desafíos en términos de acceso al crédito hipotecario y estabilidad macroeconómica.

Perspectivas a futuro: pros y contras de un mercado más flexible

Los expertos del sector inmobiliario coinciden en que estos cambios representan una oportunidad para revitalizar el mercado, aunque advierten que el éxito de estas políticas dependerá de la evolución de la economía en su conjunto.

Entre los aspectos positivos, se destaca la atracción de inversiones y la reactivación del sector de la construcción, lo que podría generar empleo y dinamizar la economía. Además, la mayor oferta de alquileres brinda más opciones para los inquilinos y podría contribuir a una mayor competencia en precios a mediano plazo.

Sin embargo, también existen riesgos. La eliminación de regulaciones podría derivar en una mayor volatilidad de precios y en una mayor incertidumbre para los inquilinos con menor poder adquisitivo. La falta de créditos hipotecarios accesibles sigue siendo un obstáculo importante para aquellos que desean acceder a una vivienda propia. Asimismo, la ausencia de regulaciones podría permitir abusos en el mercado y dificultar la planificación a largo plazo tanto para inquilinos como para propietarios.

En este contexto, la tendencia hacia un mercado más flexible y menos regulado se perfila como una estrategia a largo plazo para atraer inversiones y estimular el desarrollo urbano, aunque su impacto definitivo aún está por verse.


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