Volúmenes puros en el pedemonte

Debajo de la infinita extensión de la Cordillera de los Andes, en el Pedemonte Mendocino, el proyecto de esta vivienda unifamiliar es el resultado de respuestas funcionales a las necesidades del cliente y una arquitectura que responde a características propias del paisaje.

Por Arquitecta Rosana Raffaini


MORA HUGHES + ASOCIADOS / TOM HUGHES - MARÍA EUGENIA MORA

Vivienda Unifamiliar

Proyecto: Tom Hughes, Eugenia Mora

Cálculo: Tom Hughes, Eugenia Mora

Dirección Técnica: Tom Hughes, Eugenia Mora

Ubicación: Barrio Dalvian, Las Heras, Mendoza

Sup. Cubierta: 420,20 m2

Años: 2.016 - 2.017

Debajo de la infinita extensión de la Cordillera de los Andes, en el Pedemonte Mendocino, el proyecto de esta vivienda unifamiliar es el resultado de respuestas funcionales a las necesidades del cliente y una arquitectura que responde a características propias del paisaje.

El terreno en el que está implantada esta obra se caracteriza por sus fuertes pendientes. La premisa de diseño fue sacar provecho de estos desniveles naturales, que proponían una resolución compleja en cuanto a la disposición de ingresos, alturas y relaciones espaciales, explotando la topografía accidentada del lugar y optimizando los recursos.

Desde la fuerza tectónica del suelo, la casa emerge con potencia, con una disposición escalonada de volúmenes simples que se abren, desde lo alto, a vistas privilegiadas de la ciudad, buscando el sol en su óptima orientación en las zonas diarias, y procurando intimidad en el sector nocturno.

Se ha resuelto la obra en tres plantas: La más baja está inmersa en el terreno y se ubica a nivel de vereda, donde se disponen los ingresos y zonas de servicio; el nivel intermedio, donde se encuentra la zona social con vinculación directa al jardín; y el volumen superior, que alberga la zona nocturna que se convierte, en la parte más alta de la vivienda, en un mirador del paisaje. De esta forma, la casa responde, en su concepción, diseño y funcionalidad a la geografía del lugar, las características del entorno natural y a los requerimientos de los habitantes.

Estos tres volúmenes se vinculan a través de un núcleo central vertical, que permite una fluida y rápida conexión entre todas las áreas de la vivienda.

La obra emerge del suelo andino seco y pedregoso, con un zócalo de hormigón ciclópeo hidrolavado que, al estar construido con piedras del lugar, se confunde con el terreno y actúa como base para el resto de la edificación, que se posa y se eleva en busca del sol y se abre a las maravillosas vistas que ofrece la ciudad.

Este zócalo pétreo se sumerge en la tierra, dando lugar al acceso principal por debajo de la casa. Se buscó crear un recorrido cognitivo que invite al habitante a tomar consciencia, al momento de ingresar, del contraste entre el mundo interior y el exterior. Un pasaje que estimula la desconexión del ruido y las preocupaciones externas para llegar a la paz y tranquilidad del hogar.

Un espejo de agua se suma a esta experiencia arquitectónica que ensalza los sentidos, actuando como nexo entre los cuerpos de hormigón y reflejando el paisaje y la arquitectura en el centro de las galerías, que se presentan como espacios de transición entre la vivienda y el jardín, cobrando vida en las tardes de sol mendocinas y las cálidas noches de primavera y verano.

En este escenario de la montaña y el cielo azul mendocinos, yace esta casa de prismas puros de hormigón, que expresa lo esencial de la idea generadora, materializándose con elementos tomados de la tradición del lugar, como la piedra; y materiales nobles, como el hormigón, la madera y el vidrio, creando una experiencia espacial y sensorial única a través de la arquitectura.

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