El 10% de las viviendas de Mendoza son de adobe y corren riesgo ante un sismo

Por Horacio Yacante En Mendoza, el riesgo sísmico está latente las 24 horas del día y es fundamental contar con lugares dónde resguardarse. Sin embargo una de cada de diez viviendas de la provincia están construidas con adobe -total o parcialmente-, u otro material que no es sismoresistente. Según datos de la Dirección de Estadísticas […]


Por Horacio Yacante


En Mendoza, el riesgo sísmico está latente las 24 horas del día y es fundamental contar con lugares dónde resguardarse. Sin embargo una de cada de diez viviendas de la provincia están construidas con adobe -total o parcialmente-, u otro material que no es sismoresistente.


Según datos de la Dirección de Estadísticas e Investigaciones Económicas, el 9,6% de las casas son de adobe. Pero hay departamentos donde el porcentaje es mucho mayor: en Rivadavia y Junín es el 16%, en Guaymallén, el departamento más poblado, el 12% de las casas son de adobe y lo mismo ocurre en San Martín y San Rafael.


Desde la Municipalidad de Godoy Cruz promueven la transformación de las construcciones a ladrillos a través de beneficios impositivos.


Por su fácil elaboración y disponibilidad, el adobe fue el material escogido durante generaciones para la edificación de viviendas en la provincia y en toda Argentina. Sin embargo, por las condiciones sísmicas de la región, su vulnerabilidad no tardó en quedar en evidencia, lo que fue determinante en los mayores desastres naturales que azotaron a Mendoza y San Juan durante el siglo pasado.


Si bien existen múltiples técnicas y combinaciones para su confección, las viviendas de este material se caracterizan por contar con graves defectos de estructuración. Largas paredes sin vigas intercaladas, falta de conexión entre los muros, alturas considerables, y techos demasiado pesados, son algunos de los ejemplos que se pueden encontrar en las viviendas que todavía se mantienen en pie.


A éstos, hay que sumarle un factor que si bien estuvo presente siempre, se ha intensificado durante la última década. Debido al cambio climático que se manifiesta en todo el planeta, el periodo de tormentas se ha extendido y las precipitaciones son cada vez más violentas y abundantes. Ahora es más común que las lluvias puedan extenderse por más de una semana, provocando el deterioro de los materiales de construcción.


Por su característica hidrófila (que absorbe los líquidos), los adobes retienen mayor cantidad de humedad que otros materiales considerados como hidrófugos (que evita la humedad y las filtraciones). De este modo, la misma humedad del ambiente, la filtración en el terreno y las instalaciones sanitarias mal impermeabilizadas son suficiente para que las paredes absorban más de lo que pueden resistir y terminen colapsando, por más de haya ocurrido o no un movimiento sísmico.


La clave es reconvertir

Ante este panorama, la única solución es derrumbar la vivienda y construir otra nueva en base a las reglamentaciones vigentes. Sin embargo, no es una opción que esté al alcance de todos por los elevados costos que implica construir.


Para allanar el camino, la Municipalidad de Godoy Cruz emitió una ordenanza para incentivar la reconversión a través de la eximición de aforos (base sobre la que se calculan los impuestos municipales), para todas aquellas obras de carácter unifamiliar que haya decidido dar el paso. Este beneficio se extiende también para planes como los Pro.Cre.Ar nacionales como para emprendimientos privados.