Energías renovables contra el déficit energético
Por Dante Sica
La diversificación de la matriz energética a través de fuentes
renovables no convencionales (eólica, solar y biomasa entre otras) dejó de
tener fundamentos exclusivamente ambientales. Actualmente existen razones
económicas para creer que jugarán un rol importante en los próximos años.
Continuar incorporando únicamente energía térmica implicaría recurrir a
importaciones de combustibles que agravarían el cuello de botella externo,
aumentarían costos e incrementarían la exposición del país a los ciclos de
precios del crudo.
Si se analizan los números, el costo medio de generación de un parque eólico
ronda los U$S/MWH 110, en línea con el costo promedio de generación del sistema
y es un precio muy inferior al de las turbinas turbo-gas que se han incorporado
en los últimos años (que en algunos casos superan los U$S/MWH 300). Es decir,
incorporar este tipo de energía de hecho reduciría el costo de generación de
energía eléctrica. Es más, existe un alto potencial para reducir estos costos
en el mediano plazo, especialmente teniendo en cuenta que la Patagonia
Argentina es la mejor región del mundo para el desarrollo de esta tecnología ya
que podría funcionar con un factor de carga de hasta 50%, cuando lo normal es
el 30%.
Si bien es cierto
que existen opciones de generación que en principio presentarían costos
inferiores como la energía hidráulica, la nuclear o las centrales de ciclo
combinado, estas alternativas presentan otras limitaciones que hacen que sea
imposible planear un futuro cercano sin la participación fundamental de las
energías renovables.
En primer lugar, el
tiempo de instalación. Mientras que la construcción de una central
hidroeléctrica o nuclear toma entre 5 o 7 años, y la de un ciclo combinado
entre 2 y 3 años, un parque eólico o solar se puede instalar en menos de 18
meses.
Esto es fundamental en el contexto actual del sector eléctrico argentino, ya
que si no se incrementa rápidamente la potencia podríamos presenciar una nueva
crisis de generación. En concreto, se prevé que para 2020 sería necesario sumar
alrededor de 4,5 GW de potencia para cubrir el aumento de la demanda, y 2,0 GW
adicionales para recuperar la escasa reserva actual. Los proyectos
convencionales en cartera apenas cubren la mitad de ese valor, por lo que el
tiempo de instalación deberá ser una prioridad en el momento de las definiciones.
A su vez, las
energías renovables son una potencial fuente de empleo que permitirá
desarrollar una industria local de alto valor agregado: la mayoría de los
estudios realizados a nivel mundial coincide en que las mismas son más
intensivas en empleo que las fuentes tradicionales, principalmente, por la
demanda que se genera durante su construcción. Para maximizar estos impactos,
será clave priorizar la participación de la industria local en las licitaciones
ya que Argentina posee una red capacitada de proveedores en la industria
metalúrgica y metalmecánica.
Por último, no debe dejar de considerarse que las mismas
contribuyen a la mitigación del cambio climático. Esto permitiría avanzar en
línea con el acuerdo alcanzado en la Cumbre de París (que podría fijar metas
vinculantes para la reducción de emisiones a 2020).
Esta innovación no
se logrará sólo con normas que establezcan objetivos deseables si luego no son
aplicadas. Argentina cuenta con leyes de fomento desde 1998 y a 2016 apenas
cubre el 2% de su demanda con energías renovables. Hace falta una planificación
energética de largo plazo que imponga una diversificación de la matriz como
objetivo de Estado.
Pero hay que tener
en cuenta que para potenciar la llegada de este tipo de inversiones de capital
es preciso una macro estable, con reglas de juego claras y en simultáneo
trabajar en una agenda de reformas estructurales que promuevan el crecimiento y
la creación genuina de empleo y que tenga como prioridad el diseño de una
estrategia de inserción internacional. Fuente: Abeceb.com
*El autor es director economista, ex subsecretario de
Industria de la Nación y actual director de Abeceb.com
Demanda energética en aumento
El consumo de energía eléctrica durante marzo de 2016 a nivel
país registró una baja interanual del 9,4% en todo el país, y particularmente
de manera pronunciada en la ciudad autónoma de Buenos Aires y el área
metropolitana, según un informe de la Fundación para el Desarrollo Eléctrico
(Fundelec), aunque el resultado del primer trimestre indica que la demanda de
energía creció 1,9%.
"Con temperaturas similares al promedio histórico del mes,
marzo representó un descenso de 9,4% en comparación con el mismo período de
2015, con bajas en todo el país y, particularmente, de manera pronunciada, en
la Ciudad de Buenos Aires y el Área Metropolitana, al mismo tiempo que se
presentó una retracción del consumo en otras regiones del país", explica
el informe de Fundelec.
La institución indica que "pese a que el descenso en el consumo
se registró en un mes de reestructuración tarifaria, en su momento, marzo de
2015, había representado un récord de consumo histórico al tener una demanda de
11.547 GWh".
"En marzo de 2016, la demanda neta total del Mercado
Eléctrico Mayorista (MEM) fue de 10.458,1 GWh, mientras que en el mismo mes de
2015 había sido de 11.547 GWh, por lo tanto, la comparación interanual
evidencia un descenso de 9,4%", expone el estudio de la entidad.
En cuanto al consumo por provincia,
en marzo se registraron solo dos ascensos en los requerimientos eléctricos al
MEM en las provincias de Catamarca (6%) y Santa Cruz (4%). Las provincias y
empresas que registraron descensos fueron Chaco (-18%); Misiones (-18%);
Corrientes (-13%); La Pampa (-12%); Santa Fe (-11%); San Juan (-11%); Formosa
(-10%); empresa EDEN, que distribuye en el Norte y Centro de Provincia de
Buenos Aires (-10%); La Rioja (-9%); Santiago del Estero (-9%); Entre Ríos
(-8%); Mendoza (-8%); empresa Edelap, que distribuye en Gran La Plata (-7%),
entre otros.
Generación térmica predominante
En la composición de aportes al Sistema Interconectado
Nacional, según datos globales de todo el mes de marzo de 2016, la generación
térmica sigue liderando ampliamente el aporte de energía con un 66,96% de los
requerimientos. Por otra parte, el aporte hidroeléctrico ascendió levemente
este mes porque proveyó el 27,41% de la demanda. En tanto, el aporte
nuclear ascendió al 5,49%, mientras que las generadoras de fuentes alternativas
(eólicas y fotovoltaicas) cayeron su producción al 0,01% del total. Por otra
parte, la importación representó apenas el 0,13% de la demanda total. Fuente:
Télam