Dossier Energía: a pesar de las dudas, siguen buscando inversores

Mientras la presidenta y los gobernadores de la Ofephi definen una nueva ley de hidrocarburos, la provincia avanza en la adjudicación de cuatro áreas petroleras; Más allá del optimismo oficial, el proceso no ha sido bueno: la mitad de las áreas quedaron desiertas y el 70% de los oferentes fueron excluidos por no cumplir las condiciones del pliego.

Por Santiago Montiveros

Con el objetivo de disminuir la caída de la producción hidrocarburífera, la provincia de Mendoza avanza en la licitación de áreas petroleras pendientes de la tercera ronda. Dos años después y tras la creación de la empresa provincial de energía (Emesa), el objetivo del Gobierno local es adjudicar cuatro áreas del departamento de Malargüe durante la primera quincena de agosto y, además, lanzar una nueva convocatoria antes de fin de año.

Sin embargo, durante el proceso que comenzó a principios de 2014, quedó en evidencia que el contexto no era el más alentador. En primer lugar, de las 15 empresas y UTEs que retiraron los pliegos para poder participar, sólo siete mostraron interés por explorar las áreas licitadas que, originalmente, ascendían a ocho. Una de las petroleras desertoras, para sorpresa del propio gobernador, fue YPF, bajo el argumento de que las condiciones no resultaron atractivas para la petrolera estatal. Mientras tanto, a partir de un conflicto de intereses entre la empresa provincial de energía de Neuquén (G&P) y la nacionalizada YPF, comenzó a discutirse un nuevo esquema hidrocarburífero a nivel nacional, originalmente pensado para los proyectos de extracción de petróleo no convencional (shale oil) pero que los gobernadores, como Francisco Pérez, pidieron extender a casi toda la actividad.

“Vamos a continuar”

A partir de su creación, es la empresa provincial de energía la encargada de administrar los recursos y adjudicar las áreas. Además, las petroleras que pretenden extraer crudo en Mendoza deben reservar al menos el 10% para la firma estatal y asociarse a ella. En este escenario, el presidente de Emesa, Alejandro Neme, dijo que seguirán adelante. “Vamos a continuar con la adjudicación y esperamos lanzar otra licitación este año”, dijo.

De las ocho áreas que se licitaron, la mitad quedaron desiertas: Cerro Manzano D, Cerro Manzano F, Cerro Manzano C y Sierra Azul Sur-Calmuco.  Por las dos primeras no hubo ofertas, mientras que las empresas que mostraron interés por las dos últimas fueron excluidas por no cumplir con los requisitos exigidos. Se trata de las petroleras del grupo Vila-Manzano (Kilwer, Andes Energía y Grecoil) y del empresario Omar Álvarez (Energía Mendocina). “Hemos sido puntillosos en las exigencias del pliego en cuanto a documentación, requisitos patrimoniales y antecedentes. Lo que faltó es documentación certificada: enviaron los datos necesarios, pero debían estar certificados, autenticados, lo que no se pudo corroborar”, explicó Neme ante la consulta de Área Tres.

Dejando de lado la explicación oficial, los antecedentes de Vila y Álvarez en el rubro petrolero no son los mejores. En su momento, el Gobierno de Celso Jaque adjudicó siete áreas a Ketsal (también del grupo económico Vila-Manzano) en las que no realizaron inversiones. Posteriormente, le cedieron la concesión de cuatro de esas áreas a la petrolera de Álvarez que, más tarde, sería adquirida por YPF. Esa triangulación de sociedades fue posible, entre otras cosas, porque el Ejecutivo sólo exigió un respaldo financiero.

Sin embargo, el ministro de Energía de la provincia, Marcos Zandomeni, señaló a Área Tres que “fue una evaluación netamente técnica donde se hizo un cálculo en base a los distintos puntos y valores exigidos”. En esta línea, destacó que “no se trata de una persecusión. Incluso, en la UTE que integró Energía Mendocina (Grupo Álvarez) el problema fue de las empresas chinas asociadas”, en referencia a Alianza, JHP y PetroAP, petroleras que presentaron la documentación de manera incorrecta, según la explicación oficial.

Los pasos a seguir

A partir de ahora, Emesa realizará los pasos necesarios para adjudicar las cuatro áreas. Dos de ellas (Puelén y Sierra del Nevado) quedarían en manos de la UTE Pluspetrol-Geopark, ya que fueron el único oferente que cumplió las exigencias del pliego; para Lindero de Piedra existen ofertas de Medanito y de la UTE Crown Point-Antrim; y para Agua Botada hay ofertas de estos dos grupos y de la petrolera Roch. “Analizaremos el plan de inversión. Entre el 10 y 14 de julio lo va a tratar el directorio de Emesa, se requerirán las garantías, y el 1 de agosto se preadjudicarán”, adelantó Neme, y analizó: “El proceso se ha completado en un plazo menor al habitual. Emesa, como herramienta de gestión estatal, ha significado un gran acierto”.

Mientras tanto, el Ejecutivo diagrama la próxima licitación para las áreas Las Leñas, Doña Juana y Loma El Cortaderal, entre otras ubicadas en la cuenca neuquina. Asimismo, se analizarán nuevas condiciones para atraer inversores en las que quedaron desiertas, como Cerro Manzano. Si bien se encuentran sobre Vaca Muerta, la geografía de la región las hace prácticamente inaccesibles, según explicó el presidente de la empresa provincial de energía.

Con el objetivo de generar mayor interés por el petróleo mendocino,    en el transcurso de junio, Francisco Pérez pidió que los beneficios para el shale oil que incluirá la nueva ley, también alcancen a la extracción de petróleo pesado (15 grados API). De esta forma, prácticamente toda la actividad petrolera de la provincia tendría beneficios impositivos y de importación de bienes de capital, entre otros. Sin embargo, una vez que el Gobierno nacional y las 10 provincias petroleras coincidan en un borrador, éste deberá ser tratado en el Congreso nacional y posteriormente ratificado en la Legislatura provincial, lo que demandaría un lapso que superaría los procesos licitatorios que se pretenden completar este año.