Aumentó la actividad minera

El valor agregado bruto (VAB) de la producción minera alcanzó la cifra récord de $ 66.400 millones en 2017, un 16,5% más que en el año anterior, si bien en niveles constantes (a precios de 2004) prácticamente no registró variación, según estimó la consultora KPMG en un informe sobre las perspectivas del sector en 2018. […]


El valor agregado bruto (VAB) de la producción minera alcanzó la cifra récord de $ 66.400 millones en 2017, un 16,5% más que en el año anterior, si bien en niveles constantes (a precios de 2004) prácticamente no registró variación, según estimó la consultora KPMG en un informe sobre las perspectivas del sector en 2018.


El estudio destaca que el VAB minero mostró “una fase ascendente” desde 2007, con una tasa de crecimiento nominal anual que promedió el 30%.


En valores corrientes, el salto productivo experimentado por la actividad fue de 600%, considerando los datos hasta 2016, pero en la versión deflactada el incremento se reduce a “tan sólo 26%”.


De todos modos, tomando como referencia el valor de producción real de la minería durante los dos primeros trimestres de 2017 (únicos disponibles al momento de realizarse el trabajo), “puede decirse que el sector muestra una tendencia de recuperación que podría extenderse a futuro”, proyecta KPMG.


La consultora calculó que el 50% del valor de producción nacional del rubro corresponde a la minería metalífera, mientras que el resto se divide entre rocas de aplicación (41%) y minerales no metalíferos (9%).


“En la fase de crecimiento de los últimos dos años, principalmente en 2016 y 2017, la incidencia del rubro rocas de aplicación ha sido determinante”, consideró el informe.


Esa evolución reflejó “el impulso que ha recibido la obra pública y, por ende, la demanda de minerales provenientes de este subsector (arenas para la construcción, piedra caliza, cementos, etc.)”.


En cuanto a la producción real (toneladas de producción), los principales minerales metalíferos extraídos del suelo argentino (oro, plata, plomo, zinc, cobre, litio y aluminio) “mostraron un crecimiento significativo en los últimos diez años (2007-2016)”.


“Tal es el caso -puntualiza el informe de KPMG- del oro y la plata, que en ese período incrementaron su output en más del 200% (de 300 toneladas registradas en 2007 a poco más de 900 en 2016)”.


De igual modo, otros minerales como el cobre, el litio, el zinc, el plomo y el aluminio elevaron su producción en un 9% y pasaron de 535.000 toneladas conjuntas en 2007 a un estimado de 582.000 en 2016.


Las rocas de aplicación, en tanto, mostraron un crecimiento del 40% entre 2007 y 2014 (desde 106 hasta 148 millones de toneladas anuales), y “están experimentando un alza significativa en sus niveles de producción en los últimos años, en respuesta al impulso reciente de la inversión en obra pública”.


De hecho, la CAEM (Cámara de Empresarios Mineros) estima en $ 850 millones las inversiones efectuadas por los productores de triturados pétreos de la provincia de Buenos Aires, para responder al crecimiento de la demanda.


El despacho mensual de estos minerales se estima que creció 37% en 2017, de 1,2 a 1,65 millones de toneladas, mientras para este año se prevé un nuevo aumento, hasta 2,15 (es decir, 25,8 millones de toneladas despachadas en todo el año).


KPMG advierte sobre las variaciones registradas por el sector en el último decenio: “por ejemplo, la producción total de cobre, litio, zinc, plomo y aluminio tuvo un máximo que superó las 630.000 toneladas en 2014 (seguramente como resultado del efecto inercial del ciclo previo de expansión en los precios), pero también una importante caída en 2015 (a 571.000 toneladas) y un retorno al crecimiento en 2016”.


Algo similar ocurrió con la producción de oro y plata, que creció hasta 2015 y llegó a un máximo mayor a las 1.100 toneladas, para luego estancarse en 2016 y retroceder 22%, hasta un estimado de 900 toneladas.


Este volumen, no obstante, “conforma una cifra superior a la media de producción de oro y plata de los últimos diez años, estimada en 730 toneladas”, concluye el análisis de KPMG.